Sitio Arqueológico Paredones
Paredones fue un Centro de control administrativo entre costa y sierra edificado con planificación y tecnología arquitectónica Inca, durante la expansión de carácter imperial impuesta por el Inca Pachacútec. Se emplaza en las faldas de las estribaciones rocosas del cerro Los Altos de Nazca, presentando una orientación de Este a Oeste y con frente hacia el Norte.
Su arquitectura está basada en el uso de adobes rectangulares con base de piedra tallada. Presenta un planeamiento urbano con características comunes a estos asentamientos como son una gran plaza de planta trapezoidal como elemento central, edificaciones de carácter administrativo, depósitos, cuarteles, área ceremonial o de sacrificios, torreón de vigilancia y otros.
En algunos recintos aún se puede apreciar las huellas de los muros enchapados con piedras talladas y, en otros, podemos notar que las piedras presentan las junturas completamente unidas y bien encajadas como las que se presentan en las edificaciones del Cusco. El lugar presenta siete sectores, siendo los mejores conservados y más importantes los sectores IV, V y VII; los cuales presentan senderos delimitados para su visita y conservación. Paredones es la única edificación en la costa sur que presenta piedras talladas en su construcción.
Restos Arqueológicos de Tambo Colorado
Tambo Colorado es uno de los centros urbanos Inca mejor conservado del Perú. Se dice que fue mandado a levantar por el Inca Pachacútec para ser recinto de guerreros y altos dignatarios. El nombre proviene del quechua tampu que significa "lugar de descanso", y colorado por la pigmentación de sus paredes. Tambo Colorado también es conocido como Pucahuasi, proveniente del quechua puka que significa rojo. Mantiene la típica arquitectura y trazado Inca, con una única particularidad, está edificado en adobe, y muestra la adaptabilidad de los andinos al nuevo ambiente costeño que comenzaban a conquistar.
El complejo está conformado por varios grupos de edificaciones, distribuidas alrededor de una plaza trapezoidal. En esta plaza se ubica una pequeña pirámide donde desde lo alto se divisa con mucha claridad gran parte del amplio y fértil valle que se extiende camino al mar. Se presume que desde esta altura el mandatario dirigía las festividades incaicas. Así mismo la plaza divide el complejo en dos grandes sectores.
El primer sector es el más importante, con un gran edificio de aproximadamente 100 metros de frente por 150 de profundidad construido en las laderas de un cerro. Se presume era el palacio del gobernante. Tiene un solo acceso y se organiza en torno a un gran patio, rodeado de cerca de 30 recintos. A ambos lados del edificio principal se encuentran construcciones más pequeñas. Los muros están pintados con color rojo, amarillo y blanco, y decorados con hornacinas y vanos trapezoidales, además de frisos decorativos. En algunos lugares se pueden encontrar evidencias de postes de madera que sirvieron para sostener los techos de paja. Los vanos de acceso son trapezoidales, de "doble jamba", adorno sólo usado en edificios de gran importancia, como el Koricancha y Machu Picchu. El otro sector está conformado por dos edificios rectangulares divididos por un muro medianero. Ambos están organizados alrededor de un patio rodeado de numerosos recintos correspondientes a diferentes áreas tales como depósitos, viviendas, etc.
Actualmente se han ejecutado una serie de obras, en especial de acondicionamiento de infraestructura que permite ofrecer mejores servicios al turista. Además se ha procedido a la señalización del circuito de visita, para un mejor control de la circulación dentro de la zona arqueológica. El lugar cuenta con una sala de exposiciones donde se presentan los objetos hallados durante las excavaciones. Tambo Colorado se ubica en la provincia de Pisco, en una rinconada formada por los cerros de las inmediaciones del pueblo de Humay, en el km 45 de la carretera Los Libertadores 30 minutos aproximadamente desde la ciudad de Pisco.
Petroglifos de Chichictara
Chichictara, en voz quechua significa "lluvia de arena", y es un verdadero emporio de petroglifos en los que se pueden apreciar figuras de serpientes, felinos y seres con rasgos antropomorfos. Los petroglifos o piedras con diseños grabados, se hallan sobre las faldas de los tres cerros del caserío de Chichictara. Los petroglifos ocupan una extensión de 3 Km, y se hallan mirando hacia el valle, encontrándose algunos de ellos en lugares inaccesibles.
Se calcula la cantidad por centenas, sin embargo, dentro de los 4 sectores que dividen la zona, se pueden observar 16 petroglifos en el primer sector, en el segundo 66, en el tercer 49 y en el cuarto 21, los dibujos son hechos en la parte plana de las piedras volcánicas. Según recientes investigaciones estos gravados son de la época Paracas, con más de dos mil años de antigüedad. La variedad de los diseños fueron elaborados mediante tres técnicas: Persecución, raspado, y pulido.
El ascenso por las laderas de los cerros hacia las zonas arqueológicas, es exigente, pero desde el lugar se tendrá unas inmejorables vistas del valle. Precisamente, la dificultad para este ascenso lleva a los investigadores a la conclusión de que se trataba de un lugar sagrado. Así mismo los estudiosos esotéricos encuentran en Chichictara un centro ideal para sus investigaciones por el sorprendente contenido simbólico de sus figuras, tales como la serpiente bicéfala entrelazada entre las partes sexuales de hombre y mujer, o el petroglifo Las Etapas de la Vida, una verdadera figura enigmática, pues presenta al personaje más anciano con tres piernas.
Chichictara es un formidable conjunto de Petroglifos, pero lamentablemente algunos erosionados por el tiempo van camino a la extinción. Estos Petroglifos se encuentran ubicados a 10 kilómetros de Palpa, muy cerca de la hacienda de Chichictara, camino al caserío de Llauta. Debido a que no tiene una delimitación, no existen guardianes para su cuidado.
Necrópolis de Chauchilla
La Necróplis de Chauchilla data del 1000 d.C. y se ubica a 27 km. de la ciudad de Nazca. En ella se han encontrado restos antropológicos y arqueológicos asociados a las culturas Poroma e Inca. El área construida se emplaza sobre la margen izquierda del río Las Tranzas, y tiene una extensión de 2 km de largo por 0.5 km de ancho. Ofrece una diversidad de tipos de tumbas en cuanto a tamaño y forma, las mismas que han sido construidas con adobes rectangulares. En algunos casos, estas tumbas se presentan agrupadas conformando núcleos funerarios. Existe un sector que evidencia estructuras amplias y rectangulares asociadas a dichos núcleos. Esta necrópolis es el más grande cementerios hallado entre las diferentes culturas que ocuparon los valles de Nazca, y el único cementerio en el Perú que permite apreciar las momias en sus tumbas originales.
En el Cementerio de Chauchilla, se encuentran los cuerpos momificados de antiguos pobladores, así como cerámicas, tejidos multicolores, calaveras y artefactos. Son doce las tumbas, y albergan a una veintena de momias. Los cuerpos enfardados amarrados por sogas, blanquísimos cráneos, y gran cantidad de huesos impresionan al visitante. Sin embargo la pregunta más frecuente es sobre la buena conservación de los cuerpos a pesar, en algunos casos, de tener más de mil años de antigüedad. Esta conservación ha sido posible gracias al clima de la zona y así mismo a la técnica que los antiguos nazcas utilizaron para preservar en la posteridad a sus seres queridos. Esta técnica se basaba en despojar a los cuerpos de sus entrañas y tendones, y untarlos con una mezcla especial.
Hoy esta gran necrópolis es reconocida por ser una maravilla cultural con un gran potencial económico y turístico para los pobladores de Nazca. Aquí descansa parte de los restos de una de las civilizaciones más importantes del periodo pre Inca, una de las culturas más hábiles en el dominio de los textiles, la cerámica polícroma y las técnicas de momificación. Sin embargo no fue siempre así, este cementerio fue profanado en repetidas ocasiones. Los salteadores, principalmente en la última mitad del siglo XX, invadían las tumbas, saqueaban a los tesoros y mantas, y simplemente dejaban a las momias y sus pertenencias de menor interés expuestas al desierto. Debe notarse que los coleccionistas, principalmente europeos y norteamericanos, eran los compradores y, aprovechándose de la pobreza de los salteadores, les incentivaban llegando a pagar sumas muy importante de dinero por lo hurtado.
A raíz de los hechos las autoridades peruanas se pusieron más enérgicas, y hoy es considerado un grave crimen sacar del país cualquier artefacto relacionado con legados arqueológicos, los cuales son considerados patrimonios nacionales. Desde 1997 la zona está protegida y se ha convertido en una sitio arqueológico oficial reconocido por el Instituto Nacional de Cultura (INC). Esto ha permitido que el lugar se haga conocido y ahora apunta a convertirse en uno de los puntos obligados para hacer turismo en Nazca.
Se llega a la necrópolis siguiendo la carretera Panamericana Sur hasta el km. 470 de la Panamericana Sur, de ahí se recorre 7 Km. de trocha con dirección al este.
Líneas de Nazca
mposible hablar de Ica sin mencionar su mayor atractivo: las enigmáticas Líneas de Nazca, un destino de gran valor místico al que acuden cada año decenas de miles de viajeros procedentes del mundo entero con el deseo de admirar los grabados que los antiguos habitantes del desierto dejaron para sus dioses. Dibujadas cuidadosamente en medio de uno de las zonas más áridas del planeta, las líneas y geoglifos de Nazca cautivan a propios y extraños por lo misterioso de su origen y por la grandeza de su trazado.
Calendario astronómico, recinto sagrado, ofrenda para los dioses; las líneas siguen siendo uno de los grandes misterios de la arqueología mundial y son un testimonio de la estrecha relación que los antiguos peruanos tuvieron con su mundo espiritual. Sobrevolar las desérticas pampas salpicadas de huarangos y caminos de herradura y admirar los gigantescos trazos en el desierto es una experiencia inolvidable que combina la aventura con el descubrimiento de la cultura y la magia de un pueblo que se inmortalizó en la arena.
Asentadas sobre las pampas de San José, en Ica, las Líneas de Nazca fueron registradas por primera vez en las crónicas de Pedro de Cieza de León, en 1550. No fue sino hasta 1926, cuando el científico peruano Toribio Xesspe presentó a las líneas a la ciencia, que el interés por estos gigantescos dibujos hechos cobraró relevancia. Posteriormente, en 1939, el arqueólogo Paul Kosok de la universidad de Long Island, sobrevoló la zona y acercó a María Reiche al conocimiento de las líneas. Estas se convertirían en la misión de vida de una alemana que se convertiría en un símbolo de tesón y amor por Nazca.
En un extenso territorio de 350 km² en las pampas de nazca, se hallan magníficas y kilométricas líneas de diferentes dimensiones y formas, entre las figuras más comunes tenemos las zoomorfas, fitomorfas, antropomorfas y geométricas. Fueron realizadas por la Cultura Nazca, aproximadamente entre los años 300 a.C, y 600 d.C. y hasta el momento se tienen conocimiento de cerca de 10 mil líneas. Lo particular de estas grandes figuras es que están dibujadas en un terreno plano y solo pueden ser vistas desde el cielo, lo que da lugar una serie de hipótesis, como: que solo fueron dibujadas para los dioses, que era un calendario cósmico, que fue creado por extraterrestres, entre otras versiones. Otro punto resaltante de estas figuras es que están formadas por un mismo trazo, de punto inicial a punto final, como si se hubiera hecho el plano con un sólo movimiento de mano.
La matemática María Reiche fue quien dedicó gran parte de su vida a estudiar estos complejos grabados, concluyendo que se trataba de un calendario astronómico. Así las figuras del Pájaro Fragata, El mono, El Colibrí o La Araña, tendrían relación directa con constelaciones o las posiciones lunares o del sol. Por ejemplo, para la doctora Reiche, la figura del Pájaro Gigante, muestra claramente cómo su pico señala al sol naciente. Para algunos investigadores, esta figura es conocida como el “Anunciador del Inti Raymi” (Fiesta incaica de adoración al sol), pues en las mañanas del 20 al 23 de junio si uno se para sobre la cabeza del ave y dirige la vista hacia el pico, uno puede observar cómo éste apunta directamente sobre la salida del sol. Sin embargo, muchas son las teorías que rodean a estas enigmáticas figuras, una de las más discutidas es la presencia de un ser que aparentemente tendría la forma de un moderno astronauta. Con lo cual surgió la hipótesis de que el sitio fuera una antigua pista de aterrizare para extraterrestre.
Un dato curioso es que, a pesar del largo tiempo transcurrido, estas líneas en pleno desierto no han podido desaparecer por las inclemencias de la naturaleza. Quizás no exista en todo el continente americano un desierto similar. ¿Cómo lo supieron estos antiguos pobladores? La zona es totalmente seca, solo llueve una media hora cada dos años en promedio; luego, el suelo contiene yeso, que al contacto con el rocío matutino asiste a puntualizar todo componente que haya en la superficie, entre tierra y piedras. Además, el viento que barre la explanada, al no hallar impedimento lleva las arenas más al norte en donde las depositas creando grandes dunas; sumado a esto, el inclemente sol forma un delgado colchón de aire caliente reduciendo extensamente la velocidad del viento, salvaguardándola de la erosión producida por el acarreo de materiales frágiles.
¿Estos hombres pre-incaicos disponían de la ciencia o tecnología suficiente para realizar este enjambre de líneas?, ¿cómo pudieron ellos trazar dichas líneas si sólo pueden ser contempladas en su verdadera dimensión a varios metros de altura? Lo cierto es que mucho se ha preguntado y dicho sobre las extrañas líneas de Nazca, no obstante, y debido a que aún los arqueólogos no pueden dar una respuesta clara sobre el verdadero fin de estas líneas, las diversas hipótesis sobre los orígenes y fines de estas líneas son aún un verdadero misterio.
Las líneas de Nazca han sido consideradas por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1994, y se ubican en las Pampas de San José, a 25 km de la ciudad de Nazca (15 minutos en auto), a la altura del km 424 de la Panamericana Sur. Para poder apreciarlas, hay un mirador de unos 12 m de altura donde solo se pueden divisar algunas figuras, sin embargo para apreciarlas en sus plenas magnitud existen también aeroplanos que sobrevuelan el área.
Complejo Arqueológico La Muña y las Líneas de Palpa
El Complejo ARQUEOLOGICO LA MUÑA se ubica a 4 km., de la Plaza de Armas de Palpa – En el km. 395 de la Carretera Panamericana Sur (1 hora 15 minutos aproximadamente en auto desde la ciudad de Ica) y perteneció a la cultural Nazca. Luego de una investigación de más de seis años, un equipo a cargo del arqueólogo peruano Johny Isla, de la Fundación Suiza-Liechtenstein, descubrió la tumba real del Señor de Palpa y numerosas figuras trazadas en las pampas de este valle.
El referido arqueólogo considera que la tumba real es de similar importancia a la del Señor de Sipán y contradice las teorías que sostienen que la zona fue un centro de aterrizaje de extraterrestres y un calendario astronómico. Según su parecer, las figuras, que se basaron en los dibujos de la cerámica y los grabados en piedra de la Cultura Paracas, formaban parte de un paisaje sagrado para la adoración del agua y la fertilidad. La tumba real del Señor de Palpa se encuentra ubicada en lo que fue el centro administrativo denominado “La Muña”, donde los arqueólogos encontraron piezas de oro que tienen las formas de ajíes, gotas de agua y ballenas.
Asimismo, se encontraron en el lugar alrededor de mil petroglifos (dibujos en piedra), así como construcciones muy peculiares pues las paredes fueron hechas de adobe labrado, tratando de imitar los granos del maíz. Esta forma cónica del adobe de 30 a 40 cm. permitió que fueran colocadas en hileras paralelas y luego recubiertos de arcilla del río. Posiblemente fueron utilizados como tumbas y/o lugares de culto.
En cuanto a las Líneas de Palpa siguen la misma estructura y arte que las Líneas de Nazca, y representan figuras geométricas, zoomorfas y fitomorfas. Estas líneas se ubican en zonas de Palpa como Sacramento, Pinchango y Llipata. Se ha podido constatar que eran más antiguas que las famosas líneas de Nazca y que fueron elaboradas por la Cultura Paracas (700 – 200 a.C. / 200 a.C. – O) varios cientos de años antes. Las principales figuras representan al reloj solar que mide ciento cincuenta metros, la ballena de treintaicinco metros, el zorro, un pelícano y hasta una familia real (conformada por tres figuras antropomorfas que representan a un hombre, una mujer y un niño).
Al igual que en Nazca, se cree que estas figuras fueron trazadas para que los dioses que controlan la naturaleza puedan divisarlas, algo así como un ofertorio. Pero a diferencia de lo que ocurre con las Líneas de Nazca (a menos de 50 kilómetros), en Palpa, los geoglifos se pueden observar desde las alturas colindantes, sin embargo los que deseen verlos en su plena magnitud también existen sobrevuelos tanto en avioneta como en helicóptero.
El Candelabro de Paracas
en las inmediaciones de la Reserva Nacional de Paracas, a 240 Km. al sur de Lima (Perú), se encuentra el puerto de El Chaco, lugar donde zarpan las embarcaciones para visitar las islas Ballestas. Durante el recorrido se observa sobre un alto acantilado de la costa en el área de la Bahía de Pisco, el famoso Candelabro, conocido también como Tridente o Tres Cruces, un geoglifo de más de 177 m. de largo y 54 m. de ancho (en su base aparece un rectángulo de 20 por 14 m. donde hay un gran socavón central) con una profundidad en la arena que fluctúa entre los 10 y 60 cm. en la actualidad, pues el viento a cubierto de arena lo que anteriormente se cree que eran surcos con una profundidad próxima a un metro y en cuyo lecho más profundo se ha descubierto una costra blanco-amarillenta de composición cristalina, que nos hace suponer que en el pasado el candelabro brillaba con los reflejos del Sol sobre su superficie, siendo aún mucho más definido y visible en la distancia.
¿Cuál era su finalidad? Como en el caso de Nazca las hipótesis son de lo más variadas, aunque todas coinciden, directa o indirectamente, en que tanto por su ubicación como por su tamaño parece concebido para ser observado en la distancia. A diferencia de las figuras de la pampa nazqueña, la confección del tridente no debió ofrecer excesivas dificultades técnicas, ¿por qué ese trazado gigantesco, por qué dicho emplazamiento y por qué en dirección norte? Algunos afirman que se trata de un especialísimo faro, que habría contribuido a mejorar la navegación por los turbulentos acantilados. A esta tesis se opone el hecho de que el -candelabro- se encuentra en una bahía y de que, por tanto, no puede ser visto desde cualquier parte por las naves que pasen cerca de la costa. Tampoco concuerda con esta hipótesis la consideración de que una señal de estas medidas habría sido desmesuradamente grande para la navegación marítima, aparte que es muy dudosa la existencia de este tipo de navegación en épocas muy primitivas. Pero, sobre todo, tenemos el hecho de que los constructores de este -candelabro-, lo dispusieron mirando hacia el cielo. Por otra parte, aún se ha de aclarar por qué no se utilizaron como puntos de señalización para la navegación marítima las dos islas que se encuentran en el mar abierto, siguiendo la prolongación del brazo central del -candelabro-, si es que en realidad se pretendía que éste sirviera como señal. En estas islas había puntos de orientación naturales que podían verse desde cualquier lado. Así, pues, ¿por qué se iba a construir una marca que no podía ser vista en absoluto por las embarcaciones que llegaran tanto del Norte como del Sur? ¿Y por qué crear una señal de navegación que mira hacia el cielo? Además, aparte un desierto de arena, no hay allí nada, absolutamente nada, que pueda atraer a un marino, y, por otra parte, la escasa profundidad de las aguas debió impedir también, ya en épocas primitivas, que las naves se acercaran a la costa......".
Otros lo identifican con un signo ritual, relacionado probablemente con sacrificios humanos. El eje principal, en efecto, se encuentra alineado con la Isla Blanca y relativamente próximo a las islas Las Chinchas, donde los arqueólogos han descubierto momias de jóvenes decapitadas. Se le relaciona también con las líneas de Nazca a pesar de que su orientación no señala en esta dirección ni a otros lugares “sagrados” como algunos han dicho erróneamente. También se asocia con trabajos de cosecha o con acciones de piratas como prueba de su paso por estas tierras. Otros identifican su forma con la del “peyote”, una variedad de cactus del que se extrae por parte de los indígenas un potente alucinógeno usado en sus rituales mágicos. Y hablan también de la representación de una constelación: la Cruz del Sur. Pero lo único verdaderamente cierto es que se desconoce con certeza cuales fueron sus orígenes, tanto en lo que respecta a sus constructores, fechas, y por supuesto, su significado y utilidad.
La mejor forma de apreciar este geoglifo es desde el mar y los tours a las Islas Ballestas siempre pasan y paran algunos minutos para que los turistas puedan tomar sus fotos.
El Complejo Arqueológico La Centinela
Según leyendas, se cuenta que en la Huaca Centinela, está enterrada una gran cadena de oro perteneciente al Inca Huayna Cápac. Según la tradición, esta pesada cadena fue elaborada para la coronación de este Inca, pero a la llegada de los españoles y con la captura de Atahualpa, para su liberación se ofrecieron tesoros de oro y plata, los que fueron recolectados en todo el imperio. La pesada cadena también formaba parte del rescate, pero cuando la llevaban a Cajamarca, los emisarios que iban cargando el tesoro se enteraron ya de la muerte del Inca y escondieron la cadena en una de las huacas.
Lo cierto es que el Complejo Arqueológico La Centinela fue el curacazgo principal de Chuincha. Su comunidad se conformaba por agricultores, pescadores, artesanos, y comerciantes, entre otro (900-1450 d.C.). Está formada por dos pirámides principales: La Centinela y Tambo de Mora (en una extensión de 75 ha). La Centinela fue el palacio del curaca de Chincha, dicho señor era el principal de toda la costa, y en su honor le pusieron nombre a una de las cuatro regiones que formaban el Tahuantinsuyo: Chincha Suyo. Los Chincha fueron una nación muy organizada que construyó una amplia red de caminos y ciudades dentro de su valle, la más importante sin lugar a dudas fue la Centinela que recibe este nombre por su gran altura. Esta formada por varias plataformas superpuestas, con en la parte más alta las habitaciones y patios más importantes. En la cima de la pirámide está el "recinto del friso", conservándose sólo la parte inferior del que fue un largo muro decorado con aves marinas, peces y olas. La parte principal de la huaca mide cerca de 175 metros de este a oeste y casi 200 metros de norte a sur.
Muy cerca al conjunto de pirámides de La Centinela esta el conjunto de pirámides de Tambo de Mora, organizadas alrededor de una gran plaza amurallada formada por dos terrazas a distinto nivel, este espacio divide en dos este conjunto arquitectónico, teniendo a ambos lados dos sólidas y altas estructuras de forma piramidal. A su alrededor se construyeron otras pirámides más pequeñas. Los espacios intermedios se dividieron con altos y gruesos muros que forman plazas amuralladas separadas por estrechos pasadizos.
Al norte de La Centinela y a escasos 200 metros, está La Cumbe, pirámide de 200 metros de largo por 150 metros de ancho, orientada en sentido este-oeste. Este lugar fue el santuario del dios Chinchay Camac, considerado hijo del dios Pachacámac (el más venerado en la costa del Perú). Investigaciones recientes, revelan que esta pirámide tendría sus orígenes en la lejana época de la cultura Paracas (900 a.C. al 200 d.C.), lo que revelaría la antigüedad del culto a esta divinidad.
Tras la conquista Inca (1450) y dada la gran importancia económica y política de este curacazgo, y de su ciudad principal La Centinela, los Incas se preocuparon por dotarla de nuevos y grandes edificios, sin embargo estas edificaciones no fueron construidas más alta que la pirámide de La Centinela. Caso excepcional en la cultura Inca lo que muestra el respeto demostrada por este curacazgo. El palacio Inca se organiza alrededor de una plaza donde se realizaban las celebraciones del calendario ceremonial y se reunían los gobernadores Incas con los curacas de Chinchas para la ceremonia de la reciprocidad. También dotaron a esta ciudad de un templo dedicado al sol, reafirmando de este modo la gran importancia que los incas le otorgaron a este sitio, pues la presencia de este templo simbolizaba que dicho lugar era cabeza de provincia.
Los primeros cronistas españoles del siglo XVI dan cuenta que los chínchanos eran afamados artesanos plateros. Tras la conquista española, Hernando Pizarro, ordena el saqueo de todas las tumbas y palacios antiguos de Chincha, reuniendo un botín de 100,000 marcos de plata. Esto causó la destrucción de los antiguos edificios por la perforación de grandes y profundos fosos. Huaca La Centinela se ubica en la provincia de Chincha, a 8 km de la Carretera Panamericana Sur (8 minutos en auto aproximadamente desde la ciudad de Chincha), al noroeste de Tambo de Mora.
Ciudad Perdida de Huayuri
La Ciudad perdida de Huayuries considerada como uno de los más importantes y más amplio asentamiento pre Inca (1100-1476 d.C.) de la costa peruana. Albergó a una gran cantidad de gente, y se conforma de varias construcciones como templos centros administrativos con calles estrechas, y plazas, entre otras. Se le llama ciudad perdida porque se halla entre cerros, oblicua al curso del río Santa Cruz. Los arqueólogos sostienen que esta ciudad tuvo su mayor momento de ocupación luego del abandono de la cultura Nazca y antes de la llegada de los Incas. Sin embargo, en las investigaciones se han podido encontrar evidencias culturales que indican que probablemente el sitio fue ocupado también por los Incas y en la época colonial.
Huayuri se extienden sobre unas 15 ha. del terreno de la quebrada de Santa Cruz usando tanto la base de esta como las laderas. Por su peculiar ubicación y la densidad de sus restos arqueológicos, la Ciudad Perdida de Huayuri ha atraído la atención de turistas locales y extranjeros por décadas. Lamentablemente no existen muchos estudios realizados, sin embargo actualmente se viene trabajando en el Proyecto Arqueológico Huayurí (Pahuay) para la revalorización de tan importante monumento. La característica más marcada de los poblados prehispánicos de la época fue su patrón aglutinado en donde las casas se dispusieron una junto a la otra, dejando poco espacio para la circulación y otras actividades diferentes a la doméstica.
Los arqueólogos llaman a este proceso de formación de sitios aglutinados el proceso de Nucleamiento Poblacional. No siempre los pobladores antiguos del valle vivieron en estas condiciones, pues, siglos antes solían vivir en asentamientos más pequeños cuyas casas estaban espaciadas unas de otras. En casos arqueológicos como los de Huayurí, en donde la trama arquitectónica se conserva relativamente bien, es posible argumentar como hipótesis, dado la trama aglutinada y la cercanía de sus casas, que también existía mayor cercanía social (llámese económica, religiosa, etc.) entre las varias familias habitando las casas si se le compara a sitios donde la arquitectura es dispersa. Así mismo, por la observación del plano de Huayurí, se puede ver la existencia de patios internos y callejuelas que bordean conjuntos de varias estructuras sugiriendo la existencia de unidades domésticas conformadas por varias familias nucleares y resta fuerza a la idea de unidades pequeñas.
La Ciudad Perdida de Huayuri se localiza a 20 min. de Nazca o una hora aproximadamente en auto de la ciudad de Ica, en el distrito de Santa Cruz, Provincia de Palpa, Departamento de Ica. A la altura del Km 384 de la Panamericana Sur se toma el desvío hasta el complejo.
Centro Ceremonial Cahuachi
Se dice de este complejo que fue uno de los centros ceremonial-religioso más antiguo de América (400 a.C. – 400 d.C.). Cahuachi significa “lugar donde viven los videntes” y se ubica a 28 kilómetros de la ciudad de Nazca. Ocupa un espacio de 24 km² y es una ciudadela construida en adobe, donde sobresalen pirámides ceremoniales: la Gran Pirámide (de 28 m de alto y 100 m de largo), el Gran Templo, el templo Escalonado y los Montículos. Se sitúa en un terreno inclinado frente a las líneas de Nazca, y todo el conjunto está rodeado por una gran muralla.
Según investigaciones se plantea que fue un lugar para realizar ceremonias rituales en beneficio de la agricultura. Entre los descubrimientos excavados se han podido rescatar cerca de 200 textiles pintados a mano, totalmente extraño para la cultura Nazca donde solo se conocían textiles bordados, además de haberse encontrado una serie de cabezas de niños y adultos, que eran ofrendas a las divinidades. Actualmente viene trabajando un grupo de arqueólogos peruanos junto con sus pares italianos (con la contribución de organismos italianos) para poner en valor este complejo arqueológico. El proyecto está planteado hasta el 2011.
Calificado como la ciudad de barro más gran del mundo, el arqueólogo italiano, Giuseppe Orefici, ha publicado las recientes investigaciones del descubrimiento de Cahuachi, templo Nazca de vital importancia para la comprensión y el conocimiento más profundo sobre esta enigmática cultura peruana. Lo intrigante del descubrimiento, es sin embargo, por qué el templo se encontraba sellado y enterrado, aparentemente de manera intencional. El arqueólogo Orefici señala que esto puede explicarse con dos teorías, la primera, que esto fue una forma de renegar en contra de la religión debido a las constantes catástrofes naturales que sufrió esta civilización y que no pudo resolverlas con la intervención de sus dioses. La otra es que al igual que en Egipto, quizá este enterramiento se debió para que el templo “perdurase en el tiempo”.
Lo que queda claro es que este descubrimiento ha ayudado a develar algunos de los misterios de Nazca, ya que gracias a él se ha podido conocer mejor el modo de vida y sensibilidad religiosa de esta cultura. Por ejemplo, uno de los más importantes hallazgos en esta materia, sería el descubrimiento de una maqueta que muestra en ella los enormes geoglifos en el desierto de Nazca, hecho que verifica la autoría de estas líneas por parte de esta antiquísima cultura peruana. Es más, el hallazgo de Cahuachi podría demostrar que la utilidad de estas líneas eran meramente ceremoniales, siendo éstas una especie de grandes templos sin paredes para los Nazca.
Estaquería: Ubicada al Oeste del Centro de Cahuachi, margen izquierda del Río Nazca, la característica saltante es la presentación de una serie de columnas de huarango colocadas verticalmente sobre una plataforma de adobe, formado una columna de 12 hileras, cada una con 20 estacas. Los investigadores piensa que sirvió como observatorio solar a los habitantes de Nazca del período intermedio o que posiblemente estuvo al culto de los muertos y en especial al tratamiento de cabezas trofeos. Las últimas investigaciones han determinado que Estaquearía es un conjunto habitacional.
Acueducto de Cantalloc
A 4 km de la ciudad de Nazca se encuentra el Acueducto de Cantalloc. Está formado por un conjunto de acueductos y reservorios que permitían el transporte del líquido elemento hasta este valle árido. Estos restos pertenecieron a la cultura Nazca (siglo I-VI d.C.). Este conjunto de canales muestra el ingenio y gran desarrollo hidráulico de esta antigua cultura. Para su construcción se utilizaron piedras y troncos de madera que han resistido el paso de los siglos.
Se denomina puquios a los impresionantes acueductos subterráneos y -más específicamente- a los pozos de ventilación. La forma de espiral es para la oxigenación, impiden la erosión, son antisísmicas, y es por donde se puede ingresar para su limpieza. Las construcciones son hechas a base de rocas de río “piedra canto rodado” de origen volcánico. La prueba con el c-14 dio como resultado una antigüedad de 1600 años. Tienen tres tramos: el subterráneo que capta el agua de las vetas acuíferas; el tramo a tajo abierto, que la capta por filtración; y el que la conduce en grandes hondonadas, “cochas”, de donde se distribuye por acequias a las tierras de cultivo, a las chacras. Los puquios más famosos son los de Cantalloc, Agua Santa, Majoro, Majorito, Pangaraví y Soisonguito.
Geoglifos de Cantalloc: Conocido como el complejo textil por su representación coreográfica con instrumentos como la aguja, el huso y el telar existiendo varios espirales que podrían ser ovillos de hilo, todo este conjunto representa la forma como se confeccionaban los tejidos. Está ubicado a 4,5 al Este en Nazca, camino a Puquio.
Turismo Arqueológico en Ica
Las huellas de los primeros pobladores de estas tierras se remontan por lo menos a 5.000 años de antigüedad, tal como dan testimonio los restos encontrados en la península de Paracas. Ica ha sido centro de desarrollo de importantes culturas como Paracas (600 a.C. - 400 d.C.) y Nazca (200 d.C - 800 d.C.). Famosos por sus avances en medicina, los paracas lograron con éxito trepanaciones y deformaciones craneanas. Desarrollaron también, con maestría, hermosos tejidos entrelazando hilos de lana y algodón de gran colorido cuyos bordados y diseños continúan causando admiración. Los nazcas dejaron acueductos en las pampas, algunos de los cuales aún son utilizados para regar los cultivos, y una impresionante evidencia arqueológica aún sin develar como son las Líneas de Nazca. Más tarde entre los siglos XIII y XV aparecen vestigios como Huaca Guadalupe, es una serie de estructuras que forman recintos, rampas y pisos de varias ocupaciones, que abarcan las culturas Ica e Inca. Cuando la región pasó a formar parte del Tahuantinsuyo durante el gobierno del Inca Pachacútec, este mandó edificar un importante centro administrativo y religioso denominado Takaraca. Es la ciudadela más antigua del valle iqueño, y está formada por huacas en forma de pirámides, y se dice, fue residencia del curaca local Aranvilca. Así mismo cuenta la leyenda que el Inca construyó un canal de irrigación, por amor a la hija del curaca local, Se conoce como la"Achirana del Inca", voz que significa “lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso”. Actualmente está en uso y su recorrido empieza en el distrito de Los Molinos, regando más de 11,000 hectáreas de cultivo. En la conquista hispana Ica tuvo un primer emplazamiento que debió abandonarse como consecuencia de la terrible destrucción causada por un terremoto, siendo trasladada al sitio que hoy ocupa.