El departamento de Ica es uno de los destinos más atractivos en la costa sur peruana. Rodeado del tercer desierto más árido de la tierra, Ica cuenta con una geografía única en el mundo y un mar riquísimo en biodiversidad, con atractivos como la Reserva Nacional de Paracas y las Islas Ballestas -conocidas también como las Galápagos de Perú- en donde disfrutara de la compañía de Lobos Marinos y Miles de aves. La Reserva Nacional de Paracas es la única área que el Estado protege de una muestra representativa de Mar Frío, y constituye unas de las más importantes áreas naturales del Perú, sus más de 335 mil hectáreas (abarca tierra y porción de mar) protegen una gran biodiversidad de especies marinas, que muchas veces son amenazadas por la actitud irresponsable del hombre, poniendo en peligro el ecosistema. Al sur del departamento de Ica, en Marcona la Reserva de Punta San Juan constituye el hábitat natural de la mayor colonia de pingüinos de Humboldt en el país, muy cerca de allí se encuentra la ensenada de San Fernando; lugar rico en biodiversidad marina donde se puede encontrar al lobo marino, delfines, nutrias marinas y hasta ballenas y cachalotes. Único lugar de la costa peruana hasta donde llega el guanaco y el cóndor andino. Disfrute de un fin de semana sin igual, y visite estos extraordinarios lugares.
La zona reservada Punta San Juan de Marcona se ubica a unos quinientos kilómetros al sur de Lima, y a tres kilómetros de la ciudad de San Juan de Marcona - Ica. La reserva consta de apenas 54 hectáreas, y se caracteriza por sus abruptos acantilados de 30 metros de altura que dificultan el acceso, desde la parte alta, a las dieciocho playas que se forman a nivel del rompiente.
Sus playas concentran la mayor colonia de lobos finos de la costa del Perú, se estima entre 5 mil a 8 mil ejemplares, mientras que el lobo chusco alcanza una población de 10.000 animales. Si bien estas cifras son variables a causa de los desplazamientos de los lobos marinos en su constante búsqueda de las áreas más apropiadas para establecerse y reproducirse, puede considerarse que es Punta San Juan en donde estos animales han encontrado, por el momento, las condiciones más convenientes para su supervivencia.
Además de los lobos marinos, en esta Zona Reservada habita la mayor colonia de pingüinos de Humboldt, (Spheniscus humboldtti) —se estima que aquí se concentra más del cincuenta por ciento de la población total de esta especie en el Perú—, así como zarcillos y las tres principales especies de aves guaneras (pelicano, guanay y piquero). Mientras que los lobos se ubican en las playas y salientes rocosas, los pingüinos buscan la protección de las cavidades que se forman en las paredes de los acantilados y las aves reposan y anidan en las escarpadas laderas y en la meseta que se extiende en su parte más alta. Esta natural distribución de las especies en el reducido territorio de la punta facilita una convivencia armónica entre ellas. Su concentración responde a la abundancia de especies marinas, sobre todo de peces, especialmente sardinas y anchovetas, producto de los afloramientos marinos frente a sus costas.
realidad, la Zona Reservada de
Punta San Juan en Marcona fue creada para proteger a las especies que habitan en una extensión de dos millas marinas frente a la punta. En efecto, el D.S. 010-85-PE, dictado en el marco de la Ley General de Pesquería, establece esta unidad de conservación con el objeto de preservar sus recursos marinos y con la finalidad de optimizar "la explotación social de los recursos pesqueros", considerando que ésta es un área típica de afloramientos costeros de alta productividad biológica. Actualmente Punta San Juan de Marcona se ha convertido en un importante centro de observación y estudio de los lobos marinos y de los pingüinos de Humboldt. Es de considerar que Punta San Juan esta amurallada en la parte continental, es decir desde la marmolera hasta la playa Las Guaneras (cerca al faro). La reserva es administrada por la entidad estatal Proabonos del Perú.
La Reserva Nacional de Paracas
La Reserva Nacional de Paracas es una zona protegida del Perú ubicada en la Provincia de Pisco, departamento de Ica, y fue declarada como tal el 25 de septiembre del año 1975, con el fin de conservar una porción del mar y del desierto del Perú, dando protección a las diversas especies de flora y fauna silvestres que allí viven. Está ubicada en uno de los puntos más desérticos de la costa peruana, y tiene una extensión de 335.000 ha.
La península de Paracas está situada en una zona marítima excepcionalmente rica, y es una muestra representativa de los ecosistemas marinos del mar frío de la Corriente Peruana o Corriente de Humboldt, considerado por los especialistas como el más productivo de la Tierra. El Plancton es favorecido por las micro corrientes de agua, hecho que atrae numerosa cantidad de peces, otras especies de la zona, y a los piscicultores. En líneas generales el afloramiento de Paracas es uno de los 9 más importantes del mundo, estas corrientes ascendentes traen nutrientes del fondo marino, fertilizando las aguas superficiales, esto conlleva a una superproducción de fitoplancton, lo que los biólogos conocen como alta productividad primaria.
Así mismo la reserva es utilizada por una amplia variedad de especies de aves migratorias para su alimentación y refugio durante sus largas travesías anuales. Debido a su importancia, en 1991, fue elevada a la categoría de Reserva Regional de la Red Hemisférica para aves playeras (en la actualidad Programa "Wetlands for the Americas"), y en abril de 1992 fue reconocida como uno de los sitios de carácter especial para la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional (Convención RAMSAR), especialmente como hábitat de especies acuáticas como por ejemplo el lobo fino, los pingüinos de Humboldt (que están en peligro de extinción), las aves guaneras como el piquero, el guanay y otras especies importantes.
La reserva tiene ambientes propicios en la costa para la conservación y tranquila reproducción de numerosas especies de aves residentes y migratorias. Entre las que más se encuentran están los pelícanos, la gaviota gris (Larus modestus), zarcillo (Larosterna inca), rayador (Rynchops nigra), chorlo ártico (Pluvialis squatarola), Chuita (Phalacrocorax gaimardi), guanay (Phalacrocorax bougainvilli), el cóndor, el pingüino de Humboldt (en peligro de extinción) y las parihuanas o flamencos (Phoenicopterus chilensis), entre otras especies.
Los peces que se encuentran en esta zona marítima son: el lenguado (Etropus extenes), el toyo blanco (Mustelus whitneyi), el bonito (Sarda chilensis), el tramboyo, la raya, la chita, sardina, anchoveta Engraulis ringens, pampanito, mero, corvina, lorna y otras muchas especies. Los mamíferos en esta reserva principalmente están representados por los lobos marinos de un pelo o chusco (Otaria byronia), el lobo de dos pelos o lobo fino (Arctocephalus australis), el bufeo (Delphinius delphis) y el gato marino (Lutra felina), éste, en peligro de extinción. También la reserva está poblada de tortugas laúd y verde, reptiles como lagartijas (Microlophus spp.) y geckos (Phyllodactylus spp.), pulpos, calamar (Loligo gahi), almejas y crustáceos como el carretero (Ocypode gaudichaudii), el cangrejo violáceo (Platyxantus orbigny) y el muimuy (Emerita analoga).
En cuanto a su flora, esta parte del Océano Pacífico es rica en fitoplancton y en algas. De acuerdo a las investigaciones realizadas in situ, se han podido contabilizar más de 250 especies de algas, tales como los yuyos (Gigartina chamissoi y Grapeloupia doryphora), la lechuga del mar (Ulva fasciata forma costata), y el aracanto (Macrocystis integrifolia). La flora terrestre cuenta pocas especies, debido a la extrema aridez del desierto. El clima es propio de la formación desierto subtropical, es decir que existe, aproximadamente, una diferencia de 6 a 8°C en la temperatura media del mes más caluroso y el más frío. En febrero y agosto, respectivamente, ésta es de 22°C y 15,5°C, siendo el promedio anual 18,7°C. La precipitación es muy pobre, siendo el promedio total anual de 1,83 mm., la humedad relativa es del orden del 82%, con 83% en invierno. Los vientos dominantes son sur y suroeste, alcanzando una velocidad media de 14,9 km/h; sin embargo pueden llegar hasta los 32 km/h, siendo los más fuertes del litoral, conocidos con el nombre de “Paraca”.
Islas Ballestas
Paracas, es un pequeño puerto de pesca, ubicado a 18 km de Pisco y 288 km de Lima por la Panamericana, y ofrece al visitante la excursión a las Islas Ballestas. El único medio para visitarlas es por vía marina. Los botes salen temprano en la mañana desde el muelle del Hotel Paracas o el Chaco y ofrecen un espectacular tour a las Islas. Es un paseo de aproximadamente 4 horas, donde de pasada, se admirará el gigantesco y magnífico candelabro, dibujado en la rivera por los Paracas. Visible solamente del mar.
Las Islas Ballestas, son parte de la Reserva Nacional de Paracas, y están formadas por un grupo de pequeñas islas donde destacan Islas Ballestas Norte, Centro y Sur cada una con una superficie estimada en 0,12 km². Lo primero que llama la atención, llegando a las islas, es el escuchar los gritos de las manadas de lobos. Da la impresión de estar rodeado por estos animales prácticamente casi 360 grados. El espectáculo auditivo es especialmente singular e inigualable. Estos lobos de mar son inofensivos.
No está permitido desembarcar en las Islas, pero los barcos llegan hasta los bancos de las mismas desde donde se puede apreciar esta maravilla de la naturaleza y la vida marina salvaje. Así mismo a estos lobos de mar les encanta acercarse a las embarcaciones de turistas y saltan a sus alrededores, siendo éste un espectáculo que de por sí justifica plenamente la visita. Son dos variedades de lobos marinos el lobo fino y lobo chusco.
También se pueden apreciar el pingüino peruano o de humbolt (se encuentran en peligro de extinción), así como una importante fauna marina. Las islas están sobre pobladas de focas, de pájaros bobos, de petreles, de cormoranes, de piqueros y zarcillos productores de guano cuyos yacimientos fueron conocidos y explotados por los Incas para abonar el árido desierto transformándolo en productivos valles.La visita a las Islas Ballestas es desde el punto de vista eco turístico la excursión más conocida de la costa peruana, aunque desde hace pocos años las Islas Palomino, en el Callao, se han convertido en una alternativa para los visitantes que quieran ver lobos de mar en su estado natural.
Ensenada de San Fernando
Llamada también bahía de San Fernando, se ubica en el distrito de Marcona, provincia de Nazca, departamento de Ica, Perú. Tiene una superficie de casi 60 mil hectáreas (entre zona continental, ensenada y playas) la cual hasta la actualidad no es protegida. En San Fernando se encuentran una de las mayores colonias de lobos marinos del Perú (entre chuscos y finos), las aves guaneras (guanayes, pelícanos, piqueros etc.) constituyen otra gran importante colonia dentro de la ensenada.
También es conocido que en la orilla y cerca de las rompientes viven una población importante de pingüinos de Humboldt, además hay algunas nutrias marinas zambullidas entre las peñas y los zargasos. Pero lo que más llama la atención, es la presencia del cóndor andino y el guanaco, que bajan de las alturas de Ayacucho en busca de alimentos y pastos de las lomas cercanas, también se puede advertir la presencia del zorro del desierto. Único fenómeno que se da en la costa peruana.
La gran ensenada de San Fernando es una zona rica en afloramiento de fitoplancton y zooplancton que constituyen la base de la cadena alimenticia de la variedad de crustáceos y peces que habitan en sus aguas y que permiten a su vez la presencia en diversas épocas del año de una diversidad de mamíferos marinos como; delfines, cachalotes, ballenas, y chanchos marinos entre otros. A la rica fauna que existe se suma una vasta flora compuesta hasta por ocho conjuntos de algas que permiten la presencia de importantes bancos
de corvina, chita, lenguado, cojinova, sardina, anchoveta y pejerrey, además de diversos moluscos.
Según estudios científicos realizados en San Fernando, en la ensenada habitan 353 especies (entre mamíferos, aves, reptiles, peces y crustáceos) tanto en biodiversidad marina y terrestre, muchas de ellas en situación vulnerables o en proceso de extinción. Sin duda alguna San Fernando es el único refugio costero en el país casi intacto o virgen, donde albergan las especies en peligro de extinción, es cuestión de tiempo y voluntad de las autoridades municipales de Marcona y Nazca, el gobierno regional de Ica y el Estado peruano (a través del Inrena) para que San Fernando reciba el mismo tratamiento conservacionista que se le otorga a la Reserva Nacional de Paracas.